El CD Leganés venció por 4-1 a la UD Las Palmas en un partido muy entretenido que consolida la buena dinámica del equipo pepinero tras la llegada de Nafti. Los jugadores brindaron una goleada acompañada de un gran fútbol a Butarque, una afición también necesitada de estímulos para seguir creyendo y que salió del estadio satisfecha con lo visto por su equipo. Si cabe, la victoria tiene más peso por el rival, uno de los equipos que más calidad atesora en la Segunda División.

El Leganés tuvo la suerte de su lado. En el ecuador del primer tiempo se encontró con un desafortunado gol para los intereses de Las Palmas, cuando Coco abrió la lata en propia puerta a la salida de un córner. Después, fue el propio Coco el que, intentando cortar un disparo, cometió penalti por mano, dejando a Borja Garcés la oportunidad de doblar la ventaja al filo del descanso. Pepe Mel decidió quitar a Coco en el descanso, tras una primera parte desafortunada.

Con todo de cara, en Leganés empezó a gustarse. Arnaiz era un puñal, y la banda izquierda su recorrido favorito para hacer daño a la defensa canaria. Por esa vía llegaron los dos goles del Leganés que cerraban el partido, uno de Randjelovic a pase del 10, y otro de Sabin Merino con asistencia de Naim, una vez se hicieron los cambios. Entre estos dos santos, el mediapunta Jonathan Viera dejó muestra de su calidad con un disparo desde fuera del área que maquillaba el resultado.

Más allá del resultado, lo más positivo son las sensaciones. Nafti ha resucitado un equipo que con Garitano no parecía capaz de sacar partidos adelante, pero el técnico prefiere huir de los elogios y lo achaca a la dinámica: «hoy soy el mejor, pero si pierdo, seré el peor. Así es esto», decía en la rueda de prensa. La realidad es que ha conseguido sacar al equipo del descenso, y con la victoria se sitúa a seis puntos de Las Palmas, rival que actualmente marca la zona de playoff.