Los de Garitano no han arrancado con buen pie el curso. Tras la derrota en El Molinón, el conjunto pepinero tan solo ha logrado sacar dos puntos de quince posibles en las cinco primeras fechas del calendario de la Segunda División. Un balance que le sutúa como colista en solitario y que no se corresponde con la calidad de la plantilla ni con las expectativas que había puestas en ella.

Si bien es cierto que las sensaciones no son del todo malas, la falta de gol y la fragilidad defensiva están condenando a un Leganés que debe solucionar sus problemas de manera urgente si no quiere perder comba con sus rivales directos. La suerte del calendario le ha llevado a enfrentarse con dos de los equipos punteros de la competición, como son Sporting y Eibar, pero el Leganés debería verse en esa terna de equipos que pueden aspirar a todo y, hasta el momento, no lo está demostrando.

La próxima jornada se presenta como una oportunidad clave para cambiar el rumbo y dar un golpe sobre la mesa. El Leganés recibe en Butarque al Amorebieta el sábado a las 18:30h, partido contra un recién ascendido que solo ha logrado ganar uno de sus cinco compromisos, y que de ganarlo se le igualaría en la clasificación.

Parece que urge una victoria que imprima confianza al equipo, y aunque para Garitano la derrota ante el Sporting fue injusta y se mereció al menos el empate, la realidad es que se fueron de vacío. Se espera que el Leganés comience a puntuar a un mayor ritmo para no verse descolgado de la parte alta de la tabla demasiado pronto, o incluso para no verse en problemas con el avance de la competición.