Los ex alcaldes socialistas de Leganés Rafael Gómez Montoya y Santiago Llorente Gutiérrez han sido noticia en los últimos días, gracias a su negativa a ser “retratados” al óleo para que sus poses ocupen el lugar que merecen en el salón de recepciones de la Casa Consistorial del Ayuntamiento de Leganés.

Los ex regidores han dejado atrás sus notables diferencias para de nuevo darse la mano en un ejercicio de cinismo y demagogia, manifestando públicamente su desacuerdo con que el Ayuntamiento destine un solo euro a completar un proyecto que ellos mismos comenzaron en el año 2006, con la inauguración del edificio.

De hecho, el último cuadro encargado para tal fin lo aprobó un gobierno socialista con los votos a favor del por entonces alcalde Rafael Gómez Montoya y el concejal de movilidad Santiago Llorente. Los ciudadanos de Leganés pagaron 9.630 euros por ese retrato a José Luis Pérez Ráez.

El actual Gobierno local ya ha manifestado su intención de dar marcha atrás en la aprobación de un gasto de 16.500 euros para hacer los retratos al óleo de los 4 últimos alcaldes de la ciudad, además del actual, Miguel Ángel Recuenco, como continuación de una “tradición institucional’.

Desde el ejecutivo señalan que “resulta paradójico que uno de los alcaldes que ahora dice renunciar a que se realicen estos retratos, Rafael Gómez Montoya, pagase tres veces más hace 17 años por un retrato de José Luis Pérez Ráez (9.630 euros) de lo que se va a pagar ahora.

Entonces no le preocupó ni el precio que se pagaba por el retrato de su antecesor o los 7.234 euros pagados por un retrato del ex alcalde Manuel Mateo Luaces o los 6.960 pagados en 2005 por el retrato de Fernando Abad, casi 24.000 euros por tres retratos”.

Y es que la Casa Consistorial de Leganés expone en su segunda planta un total de 15 retratos de alcaldes de la ciudad en orden cronológico de su mandato en tiempos de democracia. El último es Pérez Ráez, quien cesó en su cargo en el año 2007. Desde entonces no se ha completado esa “tradición”, aunque fuentes municipales señalan que el propio “Gómez Montoya habría requerido en alguna ocasión ser retratado, pero sus diferencias con Santiago Llorente impidieron ese deseo”.

Es llamativo que los mandatos de ambos regidores estuvieran marcados por decisiones controvertidas en lo que al gasto de dinero del contribuyente se refiere. Rafael Gómez Montoya fue noticia en el año 2008 cuando siendo alcalde destinó 90.000 euros para la compra de su coche oficial. Un vehículo de alta gama idéntico al que usaba el por entonces presidente de la República francesa, Nicolás Sarkozy.

En Leganés, los vecinos bautizaron al coche de Montoya como el “Sarkomóvil”. Dos años después y tras la presión popular, tuvo que devolverlo.

En lo que respecta a Santiago Llorente, su primer mandato estuvo marcado por su decisión de pagar con dinero público, con cargo a la tarjeta VISA de alcaldía, una cena en un restaurante de Oviedo tras ver un partido de fútbol del C.D Leganés. Llorente degustó uno de los platos por excelencia de la gastronomía asturiana: el cachopo.

Pero no fue solo uno, sino cuatro los que se cenaron aquella noche. Tal y como publicó El Confidencial, otros cuatro platos de setas rebozadas con cabrales, cuatro entrecots y cuatro platos de embutido completaban el menú -y la factura- del regidor y sus acompañantes. Las 26 bebidas, los postres y una ronda de chupitos hicieron ascender la cuenta hasta los 478,23 euros. Para asumir ese gasto, el regidor utilizó la VISA municipal que por entonces manejaba según publicó La Voz de Asturias.

GUERRA SOCIALISTA

El primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Leganés y portavoz de ULEG, Carlos Delgado, también ha valorado la polémica. “Tiene tela que precisamente el ex alcalde que se gastó 90.000 euros en un cochazo para alcaldía bautizado como Sarkomóvil u otro que se gastó más que el importe para el cuadro en cachopos, chupitos y mariscadas vayan ahora de éticos mandatarios preocupados por el dinero público, cuando precisamente ellos no tuvieron problema en pagar el triple para que se hiciera el retrato de Pérez Ráez, camarada suyo socialista”, ha declarado.

Delgado añadió que “si hay una guerra civil entre las familias socialistas porque ya se han dado cuenta que el nuevo Secretario General no da para más, que no metan a la institución ni quieran hacer demagogia con los retratos. Solucionado, no hay, y que ahora busquen otra manera de arreglar sus navajazos internos y ganas de hacerse notar”.